De nuevo de comilona

El pasado domingo -y ya me repito- nos fuimos a comer. La excusa era la carrera de F1 en Singapur y que, por sorpresa, resultó que ganó Alonso tras una larga de sequía.
A mí lo de la fórmula 1 no es algo que me llame demasiado la atención pero siempre es una oportunidad para quedar a tomar sidra jejejeje.
La cosa fue que con la excusa nos fuimos a comer una paella. No estaba nada mal. Aquí os dejo algunas fotos de quienes acudimos a tal evento.

Para empezar los ex-novios. Digo lo de ex porque ya están casados y muy bien casados. Sonia y Víctor.


Aquí tenemos a Marisa y Sonia. Antiguas compañeras de trabajo, hace ya unos pocos años jejeje. Como siempre, Marisa que es de mi quinta, sigue con ese pacto con alguien del más allá para mantenerse como se mantiene. ¡¡Es lo que tenemos los del 66!!.


Ahora le toca el turno a Paco. Él, sin duda, fue uno de los que más disfrutaron con la victoria de Fernando Alonso. Nos dejó tras la comida porque el fútbol es su otra gran pasión... entre otras cosas, claro. Ver a Paco en el curro y fuera de él es encontrarse con dos personas que distan 180º y eso dice mucho -y bien- de él.


Y este es Jose. Eterno novio de Marisa -digo eterno porque estos dos no acaban de casarse jejejeje y porque llevan ya tantos años juntos que nos hacen viejos a todos. Y como siempre, con su peculiar sentido del humor; pero no sería él si no lo tuviera.


Y aquí el que me tiene colgadito por sus huesos... bueno, no solo por sus huesos. No hace falta decir nada más de él porque cualquier cosa que dijera no sería bastante. Mejor entonces se lo digo a él directamente. En la foto también salgo yo por si alguien no se había dado cuenta.


Las fotos anteriores fueron durante la comida. Tras la comida Paco, primero, y Jose después se fueron y quedamos los que quedamos. Nos fuimos de la sidrería donde comimos a tomar unos cafelitos y después volvimos a la sidra... mejor nos hubieramos ido entonces jajajaja.
Aquí todos menos yo.


Tras esto se fueron Sonia y Víctor y nos quedamos los tres "mejores" aunque no hubiéramos hecho mal yéndonos cuando ellos porque acabamos ligeramente perjudicados hablando de un montón de cosas que ahora no vienen a cuento. Lo cierto es que telefoneé a mis padres para decirles que íbamos a cenar a casa y resultó que de lo dicho nada de nada. Y lo peor es que mis padres no se molestaron por no ir a cenar... ¡¡¡son unos santos!!!. La cena del domingo se trasladó a la comida del lunes.